DESPARASITACIÓN DE CANARIOS
Los parásitos que pueden albergar en nuestros canarios pueden ser internos o externos. Todos en mayor o menor medida pueden afectar a la salud de nuestros pájaros y en algunos casos incluso provocar la muerte. Los parásitos más comunes son los siguientes:
Ácaro rojo: es el más común dentro de los parásitos externos, se alimenta de la sangre de nuestras aves. Los síntomas que presentan los ejemplares afectados son principalmente nerviosismo, inquietud, se rascan constantemente debido a las picaduras, las hembras saltan de sus nidos con frecuencia.
Ácaro responsable de la sarna cnemidocóptica: el canario se infecta mediante contacto directo al pisar escamas infectadas de otros canarios. Para detectarlo debemos observar proliferación cutánea anormal en patas, pico, cara, párpados; en general un aspecto costroso en las zonas afectadas. El problema de este tipo de parásito es que es difícil de detectar en su fase de inicio, ya que por ejemplo no suele dar picor en sus comienzos.
Ácaro de la tráquea: este parásito afecta a los sacos aéreos; pulmones (lugar donde se reproduce), tráquea y siringe. Los síntomas son la pérdida de canto, canto más ronco, estornudos, tos seca, ruidos respiratorios como silbidos; también suelen rascarse el pico, fosas nasales o frotarse contra barrotes. Para diferenciarlo de enfermedades respiratorias comunes con sintomatología parecida en este caso concreto el canario suele poseer un buen aspecto corporal y no pierde el apetito.
En cuanto a los antiparasitarios decir que éstos pueden ser externos para eliminación de ácaros situados en zonas externas como plumas, picos, patas. Suelen ser pulverizadores que se aplican tanto sobre el canario como sobre jaulas y utensilios. Por otra parte, están los antiparasitarios internos, que son ingeridos para actuar en los órganos de los pájaros. En estos casos podemos hablar de productos con una composición genérica que causan la eliminación de diferentes tipos de parásitos internos, y otros más específicos según el diagnóstico, que serán recomendados por los especialistas.
Por último, recomendaros realizar una al menos dos veces al año y llevar una limpieza e higiene constante de todas vuestras instalaciones, jaulas, utensilios, ya que es la base para evitar su aparición y proliferación.